¿Quiénes somos? Experimentar tu verdadera Naturaleza

Por Shankari Ishaya

Imagina un gran recipiente lleno de millones de cubitos de hielo de diversas formas: círculos, estrellas, cuadrados y más. Si nos fijamos en el contenido, observamos innumerables formas distintas. Sin embargo, cada cubito está hecho de la misma sustancia: agua. Al derretirse, solo queda agua.

Ahora, imagina a cada ser humano como un cubito de hielo, viviendo a diario con la creencia de estar separado y solo. Anhelando comprender quién es realmente, anhelando experimentar algo más allá de su forma temporal, observando un mundo lleno de innumerables formas y sabores.

Ahora, imagina un cubito de hielo que cae en un océano infinito y se derrite. ¿Se convierte en agua? ¿Se convierte en el océano?

La Verdad Nos Lleva de Regreso A Ella

Por hábito e ignorancia, hemos llegado a identificarnos únicamente con nuestros cuerpos, pensamientos, emociones, creencias, experiencias, pasado y aspiraciones para el futuro. Nuestra identidad está arraigada en un mundo cambiante de formas, creencias y tiempo.

Sin embargo, si estás leyendo este artículo, es probable que algo en tu interior busque algo más: quizás paz, propósito, iluminación, unidad o amor incondicional.

A lo largo de la vida, experimentamos momentos que llamamos experiencias cumbre. En estos momentos, el tiempo parece detenerse y nos sentimos completos, sin necesidad de cambiar nada. El ego se disuelve en presencia pura: el cubo de hielo derritiéndose en el océano.

¿Qué es la “Enseñanza del Uno”?

La Enseñanza del Uno es como un faro que nos guía para recordar que somos el océano infinito de la consciencia. Señala lo que ya existe dentro de nosotros y en la creación.

Así como un cubo de hielo ya es agua y no necesita ninguna transformación para existir, nosotros somos —y siempre hemos sido— consciencia pura, amor incondicional, paz, aceptación y presencia. Eres la consciencia detrás de tus pensamientos, emociones y la vida cambiante.

Aprendí a meditar hace 21 años y he experimentado momentos de paz absoluta; a veces, una quietud tan profunda que parecía la nada, vacía de pensamientos.

Estos momentos son indescriptibles. Sin embargo, alguna vez creí que para experimentar la unidad descrita por libros y maestros, necesitaba sentirme conectada con los demás de una manera profunda. ¿Dónde estaban los ángeles cantando, el chakra de la coronilla abriéndose o el universo explotando dentro de mí? Anhelaba una experiencia profunda, convencida de que esta quietud natural no era suficiente. Necesitaba saber que yo y los demás somos uno.

¿Qué es la “Unidad”?

Aquí reside la clave: la unidad, la experiencia del Uno, la paz que sobrepasa todo entendimiento es la ausencia del «yo», de una mente atada al tiempo y al espacio.

Es la consciencia libre de juicios y conceptos, experimentando la vida tal como es. En esta pureza, la consciencia despierta, dándose cuenta —no como conocimiento, sino como experiencia directa— de que siempre ha sido uno.

El cubo de hielo se da cuenta de que siempre ha sido agua, de que el océano infinito está dentro de sí mismo y de que la creencia en su forma separada era una ilusión. La mente limitada y egocéntrica cesa, revelando lo que siempre ha estado presente: quietud, plenitud y presencia.

¿Cuándo se puede experimentar esto? Solo en el momento presente: ahora. Nos esforzamos por convertirnos en algo más —ser libres, iluminados o felices—, creyendo que la paz reside en otro momento, que requiere que controlemos o cambiemos a nosotros mismos y al mundo.

Pero es cuestión de perspectiva. Estamos acostumbrados a ver la vida a través del filtro de una mente limitada y egocéntrica. En realidad, nuestra verdadera naturaleza es ser conscientes, presentes y abiertos que la vida brilla. Permanecemos en calma, plenamente conscientes del cambio, mientras descansamos en nuestra esencia inmutable.

Te invito a vivir esto, a vivirlo directamente. Vale la pena y está más cerca que tu próxima respiración.